5 de marzo de 2010

1 - Niños como pájaros


El pueblo donde vivo ha cambiado desde que entregaron las primeras XO, en julio del año pasado. Y no solamente en lo que parece obvio: la experiencia de los niños, lo que viven las maestras, o cómo modificarán las computadoras la forma de enseñar y aprender. De esto también se ocupan estudios, expertos e investigadores.

Lo que yo les cuento es lo que puede ver cualquiera que camina por la calle y no ande mirando para abajo . A las horas más insólitas y en los lugares menos pensados uno se encuentra con grupos de tres o cuatro niños, juntas las cabezas, fijas las miradas en la pantalla. O sentados cerca pero cada una en la suya. Y cuando digo los lugares menos pensados, es de verdad. Van a la caza de la conexión. No buscan un tesoro siguiendo un mapa con líneas punteadas y una cruz en el lugar del cofre escondido, sino que rastrean las variaciones del ancho de banda. Y el afortunado que logra mantener el acceso a Internet a una velocidad razonable, da el grito de aviso (si es generoso), o se queda solo disfrutando el botín.

Ayer estaba en la panadería esperando que me entregaran las galletas marinas que siempre compro de tarde, a la salida de la escuela, y entró la Yolanda, arrastrando las pantuflas y murmurando unas palabras por lo bajo. La panadera le preguntó atentamente:

- ¿Qué hay, algún problema?
- Lo que hay que ver, antes los niños nos trepábamos también, pero para divertirnos nomás. - contestó con voz quejosa.

Desde la ventana abierta de la panadería, vimos la escena: sentado en la rama más alta de un gran paraíso, un niño de unos ocho años con los pies colgando hacia abajo, concentrado en teclear su XO. Dos más subiéndose, con las mochilas en la espalda , mirando atentamente la rama que pudiera ofrecerles más comodidad,. Al pie del árbol iban llegando más niños, a los que una rubia de trenzas les iba explicando que David había encontrado el mejor lugar del pueblo para conectarse y les indicaba que se pusieran en la fila.

Entre el follaje verde, las manchas blancas no eran flores, sino túnicas y computadoras.

1 comentario:

  1. Esta crónica refleja bastante lo que se está viviendo hoy en día, inlcuso no solamente aplicado al Plan Ceibal. Muy buena!!!!

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